sábado, 7 de enero de 2012

UNA REALIDAD APARTE (de Carlos Castaneda)


"Sólola idea de la muerte da al hombre el desapego su­ficiente para que sea incapazde abandonarse a nada. Sólo la idea de la muerte da al hombre el desapegosuficiente para que no pueda negarse nada. Pero un hombre de tal suerte noansía, porque ha adquirido una lujuria callada por la vida y por todas lascosas de la vida. Sabe que su muerte lo anda cazando y que no le dará tiempo deadhe­rirse a nada, así que prueba, sin ansias, todo de todo.
"Unhombre despegado, sabiendo que no tiene posibilidad de poner vallas a sumuerte, sólo tiene una cosa que lo res­palde: el poder de sus decisiones. Tieneque ser, por así decirlo, el amo de su elección. Debe comprender por com­pletoque su preferencia es su responsabilidad, y una vez que hace su selección noqueda tiempo para lamentos ni recriminaciones. Sus decisiones son definitivas,simplemente porque su muerte no le da tiempo de adherirse a nada.
"Yasí, con la conciencia de su muerte, con desapego y con el poder de susdecisiones, un guerrero arma su vida en forma estratégica. El conocimiento desu muerte lo guía y le da desapego y lujuria callada; el poder de susdecisiones de­finitivas le permite escoger sin lamentar, y lo que escoge essiempre estratégicamente lo mejor; así cumple con gusto y con eficiencialujuriosa, todo cuanto tiene que hacer.
"¡Cuandoun hombre se porta de esa manera puede de­cirse con justicia que es un guerreroy que ha adquirido pa­ciencia!"
DonJuan me preguntó si tenía algo que decir, y señalé que cumplir la tarea quehabía descrito llevaría toda una vida. Me contestó que yo protestaba demasiadoen su pre­sencia, y que él sabía que en mi vida cotidiana me portaba, o almenos trataba de portarme, en términos de guerrero.
‑Tienesgarras bastante buenas ‑dijo riendo‑. Ensé­ñamelas de vez en cuando. Es buenapráctica.
Hiceun ademán prensil, gruñendo, y él rió. Después se aclaró la garganta y siguióhablando.
‑Cuandoun guerrero ha adquirido paciencia, está en camino hacia la voluntad. Sabe cómoesperar. Su muerte se sienta junto a él en su petate, son amigos. Su muerte leacon­seja, en formas misteriosas, cómo escoger, cómo vivir estra­tégicamente.¡Y el guerrero espera! Yo diría que el guerrero aprende sin apuro porque sabeque está esperando su volun­tad; y un día logra hacer algo que por lo común esimpo­sible de ejecutar. A lo mejor ni siquiera advierte su acto extraordinario.Pero conforme sigue ejecutando actos impo­sibles, o siguen pasándole cosasimposibles, se da cuenta de que una especie de poder está surgiendo. Un poderque sale de su cuerpo conforme progresa en el camino del conocimiento. Al principioes como una comezón en la barriga, o un calor que no puede mitigarse; luego seconvierte en un dolor, en un gran malestar. A veces el dolor y el malestar sontan grandes que el guerrero tiene convulsiones durante meses; mientras másduras sean, mejor para él. Un magnifi­co poder es siempre anunciado por grandesdolores.
"Cuandolas convulsiones cesan, el guerrero advierte que tiene sensaciones extrañas conrespecto a las cosas. Advierte que puede tocar cualquier cosa que quiera conuna sensa­ción que sale de su cuerpo por un sitio abajo o arriba de su ombligo.Esa sensación es la voluntad, y cuando el guerrero es capaz de agarrar conella, puede decirse con justicia que es un brujo y que ha adquiridovoluntad."

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