miércoles, 11 de enero de 2012

"VIAJE A LA SEMILLA "( De Alejo Carpentier Cuba: 1904-1980)

 Lo Real Maravilloso según Alejo Carpentier  
La idea de lo real maravilloso fue introducida en un artículo publicado en el periódico "El Nacional" en 1948.  Alejo Carpentier:describió el concepto de lo Real Maravilloso  diciendo:  América, la imagen de una conjunción"Lo real maravilloso es eso, <esa inesperada alteración de la realidad>, una revelación privilegiada, una iluminación inhabitual, una fe creadora de cuanto necesitamos para vivir en libertad; una búsqueda, una tarea de otras dimensiones de la realidad, sueño y ejecución, ocurrencia y presencia. Lo real maravilloso tiene que verse como el producto de su relación con el surrealismo, así como del contacto con la realidad latinoamericana. Con esta expresión Carpentier quiso diferenciar la realidad surrealista latinoamericana de la creada en el Viejo Continente; es decir que lo que para el surrealismo tenía que ser producto de una creación literaria, para el latinoamericano se convertía en "el pan nuestro de cada día" que podía ser tocado diariamente en cualquier lugar. El elementos importante en lo real maravilloso de Carpentier es el milagro de la cotidianidad americana visto sin la necesidad de creer en algo más, como no sea la propia maravilla de la creación que a diario se vive en Latinoamérica.
Alejo Carpentier Valmont. Gran novelista cubano. Intelectual excepcional y descollante figura de la vanguardia estética y el pensamiento cubanos. Cultivó con éxito, además de la narrativa, la crítica periodística cultural y el ensayo. Se destacó también como teórico del mundo latinoamericano y caribeño, musicólogo y gestor de proyectos editoriales, plásticos y musicales.

el viaje de la semilla (Lola del Castillo-Pintora española 1952-)

Doctorado por la Facultad de Bellas Artes de La Laguna.en 1990
óleo sobre lienzo · 116 x 89 cm.
DOS ÚLTIMOS CAPÍTULOS DE " VIAJE A LA SEMILLA " DE ALEJO CARPENTIER(LO REAL-MARAVILLOSO)
Hambre, sed, calor, dolor, frío. Apenas Marcial redujo su percepción a la de estas realidades
esenciales, renunció a la luz que ya le era accesoria. Ignoraba su nombre. Retirado el bautismo, con su
sal desagradable, no quiso ya el olfato, ni el oído, ni siquiera la vista. Sus manos rozaban formas
placenteras. Era un ser totalmente sensible y táctil. El universo le entraba por todos los poros.
Entonces cerró los ojos que sólo divisaban gigantes nebulosos y penetró en un cuerpo caliente,
húmedo, lleno de tinieblas, que moría. El cuerpo, al sentirlo arrebozado con su propia sustancia,
resbaló hacia la vida.
Pero ahora el tiempo corrió más pronto, adelgazando sus últimas horas. Los minutos sonaban a
glissando de naipes bajo el pulgar de un jugador.
Las aves volvieron al huevo en torbellino de plumas. Los peces cuajaron la hueva, dejando una
nevada de escamas en el fondo del estanque. Las palmas doblaron las pencas, desapareciendo en la
tierra como abanicos cerrados. Los tallos sorbían sus hojas y el suelo tiraba de todo lo que le
perteneciera. El trueno retumbaba en los corredores. Crecían pelos en la gamuza de los guantes. Las
mantas de lana se destejían, redondeando el vellón de carneros distantes. Los armarios, los vargueños,
las camas, los crucifijos, las mesas, las persianas, salieron volando en la noche, buscando sus antiguas
raíces al pie de las selvas. Todo lo que tuviera clavos se desmoronaba. Un bergantín, anclado no se
sabía dónde, llevó presurosamente a Italia los mármoles del piso y de la fuente. Las panoplias, los
herrajes, las llaves, las cazuelas de cobre, los bocados de las cuadras, se derretían, engrosando un río
de metal que galerías sin techo canalizaban hacia la tierra. Todo se metamorfoseaba, regresando a la
condición primera. El barro, volvió al barro, dejando un yermo en lugar de la casa.
XIII
Cuando los obreros vinieron con el día para proseguir la demolición, encontraron el trabajo
acabado. Alguien se había llevado la estatua de Ceres, vendida la víspera a un anticuario. Después de
quejarse al Sindicato, los hombres fueron a sentarse en los bancos de un parque municipal. Uno
recordó entonces la historia, muy difuminada, de una Marquesa de Capellanías, ahogada, en tarde de
mayo, entre las malangas del Almendares. Pero nadie prestaba atención al relato porque el sol viajaba

de oriente a occidente, y las horas que crecen a la derecha de los relojes deben alargarse por la pereza,
ya que son las que más seguramente llevan a la muerte .   .FIN

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